por Alicia Martin y Guido Malzzini
Después de la muerte de la familia Meleverdi, sus compañeros y amigos de la cooperativa resolvieron vengarse. Para cumplir con este objetivo, armaron un plan macabro… muy macabro.
Para comenzar, planearon conseguir un camión que pudiera contener gran cantidad de cajones. Alguien, casualmente, tenía un hermano que trabajaba en un museo de Ciencias Naturales. Y así surgió la idea: la idea de conseguir el elemento mortal, muy letal…
Armado el plan y obtenidos los elementos, la venganza se puso en marcha. Los cajones con varias manijas de metal llevaron en su interior las famosas manzanas verdes Meleverdi… y bien en el centro, un cajón similar lleno… de hambrientos visitantes. El objetivo era eliminar al cabecilla de la mafia manzanera ríonegrina. Sin embargo, el cargamento simula ser un tributo y señal de aceptación de la autoridad de los bonaerenses para con los sureños.
En su llegada al destino, el camión fue recibido con cierta sorna. El chofer que lo había conducido dijo sentir un malestar y desapareció con rapidez. Las puertas del camión fueron abiertas y los cajones comenzaron a ser descargados; todos estaban bien sellados, menos uno… que luego pareció cobrar vida. Sin percibirlo, los hombres se mantuvieron juntos para hacer el trabajo más rápido. De repente, manos que faltan… manijas de metal que sobran… y escarabajos… muchos escarabajos… saciando su voraz e interminable apetito.