miércoles, 28 de enero de 2009

"El pequeño asesino"

Luego de un largo interludio, Cuadros de una Exposición -el recoveco sideral donde el arte vive al día y sobrevive con lo justo- vuelve al ruedo haciendo dedo.

En este tiempo, a Demetrio y a quien suscribe las obligaciones extra-bloggarias nos absorbieron por completo. Cada quien ha seguido adelante con sus propios proyectos, como un exitoso grupo musical que se da cuenta que su creación ya no da para más y se toma un tiempo para evaluar una posible ruptura o volver a los escenarios a robar con los grandes éxitos, siempre con el afán de robar más dinero haciendo cada vez menos.

Tal como sabemos los que estamos metidos en el exclusivo mundo de la cultura, el arte no se toma vacaciones. Jamás lo hace. El artista, en cambio, es edulcorante de otro sobrecito. Es así que a mi vuelta de mi retiro espiritual en el Norte de Argentina lo primero que hice luego de bajar del micro fue pedir prestado un celular para contactar a mi co-equiper. "Tnmos ke bolber al vlog", le manifesté, a lo que él respondió "KO", en un loable intento por decir "OK".

"El pequeño asesino" (2004, 46x32 cm; témpera s/papel) es un doble homenaje. Por un lado hace referencia directa a la tapa del disco Born again (1983) del grupo de rock Black Sabbath. Por el otro, es un secreto guiño cómplice al relato homónimo, perteneciente a El País de Octubre (1955), una recopilación de narraciones breves de Ray Bradbury que da cuenta de su producción literaria durante su juventud.

En la obra de Bergamasco, "El pequeño asesino" puede interpretarse como ése lado infantil, inocente e inofensivo que nos constituye como personas desde nuestra más temprana edad. Como reza aquel viejo lugar común (el guionista Alberto Alonso diría "los lugares comunes por algo son comunes"), esta pintura podría llegar a representar al adorable niño que todos llevamos dentro. O algo por el estilo.

G. M.

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