
En el cuadro vemos la ironía de la que el natural de Livorno nos hace cómplices: se trata de un antiguo teléfono que a la vez, por inteligente imaginación del artista, es inalámbrico, lo cual otorga una mayor liebertad de movimiento al usuario, comparativamente con otros teléfonos. El rango de autonomía va hasta los 25 metros, contando siempre desde la base en la que se encuentra la fuente energética del aparato.
Precisamente, en lo que se refiere a energía, los colores brillantes crean un aura divina alrededor del precario aparato. El "argentino perque non me quedaba otra" aclara que la luz y la energía son cuestiones que han marcado su vida personal y artística. Así lo demuestra en el revés del cuadro, donde escribe: "ya in 1999, mia prima volta a la Argentina, entendí l'importanza dell'energía. Habbía un'energía speziale nella gente del interiore del paese, otra energía nei bellísimi paisaji... ma qui a Buenos Aires quería mandare alla merda tutto, perque per quelli figli di putana di Edesur sono estato quattro giorni in achensore, ¡apagone del orto!".
G. M.
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