sábado, 12 de abril de 2008

"El teléfono azul"

"La crítica al arte sólo se puede hacer desde el arte mismo, respondiendo a una obra con otra obra", me dice Demetrio Bergamasco. La cita es de George Steiner, escritor francés, crítico y teórico de la literatura y de la cultura (actualmente contribuye con artículos para The Times Literary Supplement, The Guardian y The New Yorker, entre otros).

Siguiendo la línea de pensamiento de Steiner, con "El teléfono azul" (2004, 46x32 cm; crayones acuarelables s/papel) respondemos a otro teléfono; desde el arte, devolvemos la estocada al mercado (la re-pu... diable Telefónica de Argentina).

¿Pero qué significa que el teléfono sea azul? ¿El artista habrá querido reflexionar acerca de la tristeza, que en lugar de funcionar como elemento aglutinador dispersa a los individuos? ¿Y qué simboliza el teléfono en sí? ¿Acaso será el sordo grito desesperado de un sujeto híper-comunicado gracias a la tecnología, un individuo cuya sensibilidad se ve desbordada por la repentina comprensión de la infranqueable y solitaria soledad en la que se encuentra sumergido, condenado y liberado bajo fianza el hombre... y la mujer? Bergamasco sorbe su café amargo, escruta meditabundo el horizonte unos segundos y se vuelve hacia mí: "Qué cosa, che? Me repetí la domanda?", me interpela. "È un telefono blù. Pinté un teléfono blù, che, e basta!", concluye el creador. Empero, la incógnita queda planteada. De la exígesis... ixéges... exígesi... de la exígi... exíge... ex... ¡de la interpretación! De la interpretación se encargarán otros.

G. M.

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